Hoy en día es extraño encontrar a alguien que no use, al menos, una red social. Es una vía de escape, una forma de estar en contacto con gente a la que tenemos lejos y también, aunque algunos no lo crean, un retrato de quiénes somos. Lo que twitteamos, compartimos o damos a «me gusta» nos identifica. Por ello, muchas son las empresas (y cada vez más) que a la hora de seleccionar personal se valen, además del CV y de la entrevista personal, de lo que puedan encontrar en el perfil de una red social de un posible candidato.
Por ello, queremos ayudarte y darte algunas claves para que, sin cambiar tu forma de ser ni mucho menos de pensar, utilices estas herramientas en tu favor y no en tu contra.
1. ¿Público o privado?: tú y sólo tú eres el responsable de decidir quién puede ver algo y quién no. Cosas como tu fecha de nacimiento, la empresa donde trabajaste anteriormente o las fotos de fiesta el pasado sábado son elementos que tú puedes decidir quién tiene el privilegio de visionar. Por ejemplo, en Facebook puedes ocultar o hacer visible prácticamente cada elemento, mientras que en Twitter debes ser más cuidadoso y decidir de antemano si quieres tener un perfil público o privado (para poder aceptar a quién te lee y rechazar a quien no te interesa que visite tu timeline).
2. Cuidado con lo que compartes: la información que lanzas a la red puede ser un arma de doble filo. Nunca debes desvelar teléfonos, contraseñas u otro tipo de datos personales que alguien podría utilizar en propio beneficio o en contra tuya.
3. Clasifica a tus contactos o seguidores: es importante saber a quién le dejas ver ciertas publicaciones. Por ejemplo, puedes dividirlos entre aquellos contactos a los que dejas ver todo y aquellos otros que sólo ven X publicaciones. Además, es importante también pensar qué quieres pueda ver una persona que no te tiene agregada (por ejemplo, a Facebook) pero visita tu perfil.
4. ¿Pongo el estado civil?: ésta es otra de las cuestiones que debes plantearte. Poner que tienes pareja o no también puede condicionar a los contratantes a la hora de decidir si contactar o no contigo. Por ello, puedes intentar que esa información sea vista sólo por gente que te tiene agregada, sólo por ti o directamente no ponerla.
5. Plantéate no poner tu verdadero nombre: es otra arma con la que puedes jugar. Por ejemplo, si te llamas «María López Domínguez», puedes poner «María López» (dado que habra cientos que se llaman como tú) o jugar con los apellidos «María LD» o «María LoDo».
Éstas son sólo algunas claves que te damos desde InGalicia, pero tú eres libre de elegir qué uso le das a tus redes sociales. De todos modos, no te olvides: ¡las empresas cada vez tienen este tipo de herramientas más en cuenta!