Cuando solicitamos un trabajo, además de preparar un currículum adecuado (ya vimos lo que NO se debe hacer AQUÍ y lo que SÍ se debe AQUÍ) debemos adjuntar o presentar una carta de presentación o motivación, para aportar una imagen más concreta de:
– ¿Quiénes somos?
– ¿A qué nos dedicamos (hobbies, trabajos anteriores…)?
– ¿Cuáles son nuestras ambiciones y retos?
– Y sobre todo, ¿por qué estamos interesados y somos la persona ideal para ese puesto?
Es decir, que si un CV debe resumir en no más de dos folios nuestro perfil profesional, una carta de motivación debe ser la otra cara de la moneda: nuestro perfil personal.
En tan sólo unas líneas (no es recomendable en ningún caso escribir más de un folio), podemos decir mucho de nosotros.
Así que, ¿cuáles son las pautas que os recomendamos seguir?
1. Piensa en qué imagen quieres dar de ti y a quién va destinada la carta: no es lo mismo redactarla para solicitar un SVE o un curso, que para un trabajo en un determinado puesto en una empresa. La primera será algo más informal y desenfadada, mientras que la segunda lleva la formalidad por bandera.
2. Infórmate de la empresa/entidad a la que te vas a dirigir: no empieces a redactar sin antes buscar algo de información sobre el sitio que esperas que te contrate o elija. Utiliza las ventajas de internet y aprende cuatro o cinco pinceladas básicas sobre ellos.
3. Empieza presentándote: tu nombre, edad y de dónde eres son datos suficientes. Si tienes un nombre compuesto, puedes aclarar como suelen llamarte, y la edad y lugar de procedencia va ayudando a que se hagan una imagen de ti.
4. Explica por qué escribes esa carta y solicitas ese voluntariado/curso/empleo: en dos o tres frases, dejarás claro cuáles son tus intereses y podrás transmitir mucho más sobre ti.
5. Deja claro por qué eres la persona indicada para ese puesto: demuestra seguridad, pero sin pasarte. Ellos quieren una persona con las ideas claras pero que se sepa amoldar a los requisitos que solicitan.
6. Seriedad y cercanía: es posible mostrar ambas cosas a la vez, y también recomendable. Habla un poco de tus hobbies y experiencias que te han marcado, sin pasar a un plano demasiado personal, pero demostrando ser transparente y confiable.
7. Tu motivación debe quedar clara: explica siempre cuáles con los motivos por los que tú debes ser la persona seleccionada para disfrutar de esa oportunidad que solicitas.
8. Destaca tus puntos fuertes: aquellas cualidades que te hacen especial son las que debes resaltar para que se fijen en ti. Pero además, siempre debes hablar de alguna debilidad que tengas, sacándole de todos modos la parte positiva. (Por ejemplo: «Soy muy perfeccionista, pero es que me gusta que lo que hago esté lo mejor posible«).
9. Despídete dejando claros tus datos y vías de contacto: no olvides nunca darles varias vías para contactar contigo (correo electrónico, móvil, Skype…) y despídete de manera cordial. La primera imagen dice mucho de ti, así que no estropees todo el trabajo hecho con una mala despedida.
10. ¡Personalízala! Lo que te diferencia es posible que sea lo que les haga decidirse, así que no dudes en mostrarte como eres, recordando siempre lo dicho al principio de este decálogo: ten siempre presente a qué tipo de entidad te estás dirigiendo y qué estás solicitando.
Nosotros ya hemos puesto nuestro granito de arena… ¡Ahora te toca a ti!